El significado más básico de seguro de vida, el que seguramente te venga a la cabeza al oírlo, es el de una póliza según la cual una aseguradora paga una cantidad pactada en el caso de que el contratante fallezca. Por norma general, el pago lo recibe la familia del fallecido.

Si bien esto es cierto, puede haber matices que tal vez no conozcas. ¿Cómo funciona un seguro de vida? ¿Sólo se puede cobrar en caso de fallecimiento? ¿El impuesto de sucesiones afecta a la cantidad indemnizada?

Así es cómo funciona un seguro de vida

Como comentábamos antes, el seguro de vida es un contrato entre una aseguradora y un contratante, siendo este último el objeto de seguro. Es decir, el fallecimiento o invalidez del contratante es el que activa el pago de la indemnización. En caso de fallecimiento, esta indemnización va dirigida a la familia del difunto, pero no todas las pólizas se reciben solo en caso de fallecimiento. Hay algunos seguros que pueden cubrir también accidentes incapacitantes o enfermedades graves.

La indemnización tiene como objetivo mantener el nivel de vida de la familia, que puede tardar varios años en recuperar su nivel de ingresos. Esta cantidad, que según cifras oficiales suele constar de media en 45.000 euros, puede usarse para pagar deudas, liquidar una hipoteca o pagar los estudios de los hijos. Al ser una indemnización ni se puede embargar ni es afectada por ningún impuesto, siempre se recibe de forma íntegra la cantidad contratada.

La cantidad a recibir se acuerda a la hora de contratar la póliza. Depende mucho del perfil y edad del asegurado, así como del peligro al que esté sometido ya sea por trabajo o por la práctica de deportes de riesgo. Un beneficio adicional del seguro de vida es que, en caso de ser autónomo, puedes deducir una buena parte del pago. Si quieres saber más sobre las ventajas de un seguro de vida, aquí podrás informarte de todos.

¿Qué tipos de seguros de vida hay y cuál es el adecuado para mí?

Según nuestro perfil familiar, puede que nos convenga un seguro distinto al que le convendría a otra persona. Por ejemplo, si no tienes obligaciones familiares seguramente te convenga más un contrato que cubra una posible incapacidad (tanto por accidente como por enfermedad) o que cubra los gastos de tu funeral, como nuestro DKV Ecofuneral. Hay tres tipos de seguro de vida básicos:

• Seguro de Vida Riesgo: Este es el tipo de seguro que se activa con el fallecimiento o incapacidad del asegurado. El monto a cobrar puede ser suficiente para liquidar una hipoteca o para cubrir todos los gastos de una familia durante un tiempo. Tal y como explicamos antes, la indemnización se cobra entera sin embargos ni Impuesto de Sucesiones ni IRPF. Algunos seguros de este tipo, como nuestro DKV Protección Familiar, también facilitan una serie de servicios a los familiares del asegurado. Por ejemplo, asistencia psicológica, tramitación de servicios funerarios o de repatriación si fuera necesario, testamento online y gestión del borrado de huella digital.
  
  
• Seguro de Vida Ahorro: Más adecuado para jóvenes sin obligaciones familiares que estén interesados en cobrar un plus cuando se retiren de la vida laboral. Al contratar este servicio, se estipula un plazo después del cual se empezará a recibir la indemnización, o, mejor dicho, el extra que se haya acordado al firmar la póliza.
  
  
• Seguro de Vida Mixto: También existe la posibilidad de unir ambas modalidades para garantizarte tanto las coberturas en caso de accidente o fallecimiento, como el complemento económico para tu vejez.

Ya sabes cómo funciona un seguro de vida… ¿A qué esperas? 

Ahora que sabes cómo funciona un seguro de vida y las modalidades que hay disponibles, tal vez te interese realizar una contratación. En ese caso, recuerda que puedes contactarnos a nuestro teléfono o desde nuestra web ya sea para contratarnos o para resolver alguna duda. Desde nuestra web, también puedes revisar todas las pólizas que ofrecemos. En DKV, la seguridad de tu futuro y el de tu familia es nuestra prioridad. ¡Cuenta con nosotros!